O GovLop questionava-se num dos seus últimos artigos sobre o que é que um Data Sensors podia fazer por cada um de nós. Estes sensores de dados que, na sua forma mais simples, tanto podem ser obtidos pelo nosso posicionamento via GPS (existente no carro ou nosso smartphone), teve uma resposta no El País que merece ser lida e objeto de reflexão de cada um de nós:
¿Eres explorador o de los que
siempre vuelven?
Datos del GPS del coche y las llamadas de teléfono de
decenas de miles de ciudadanos revelan que nos dividimos en dos clases de
personas: exploradores y 'regresadores'
¿Redes
neuronales en el cerebro? No, son los viajes emprendidos desde las ciudades
italianas de Pisa (azul) o Florencia (rojo). / LUCCA PAPPALARDO
Imagina que
una mañana quieres desaparecer. Tal vez hayas atracado un banco, o no te
apetezca ver a tu marido, o simplemente te sientas libre y aleatoria como una
hoja seca en el viento de octubre. Coges tu coche y te largas a un lugar en el
que nunca has estado, por un camino que nadie tomaría para ir allí; en el
trayecto llamas por teléfono a tres amigas y a tu librería favorita, aparcas y
te metes en un restaurante ignorado. ¿Has desaparecido entonces? Oh no, por el
amor de Dios. El GPS de tu coche y los repetidores que han recogido la señal de
tu teléfono por las carreteras –no hablemos de la tarjeta con que has pagado en
el restaurante— han retratado tus movimientos mejor que Rembrandt, y con más
pixels que un iPhone 6. Tus hábitos no tienen secretos para el big data.
Y los
grandes datos revelan que hay dos clases de personas: exploradoras y regresadoras,
o las que siempre vuelven. La conclusión se fundamenta en bases de datos
exhaustivas de la movilidad humana (46.000 coches y 67.000 personas). En estos
tiempos en que nos dejamos la huella digital en cada vuelo y cada llamada
telefónica y cada coche con GPS y cada cajero automático, nuestros datos son la
dieta idónea para físicos de la complejidad como Luca Pappalardo, del Instituto
de Ciencias y Tecnologías de la Información de Pisa, Italia, y Albert-László
Barabási, de la Escuela de Medicina de Harvard, en Boston.
La conclusión se fundamenta en bases de datos
exhaustivas de la movilidad humana: 46.000 coches y 67.000 personas
Estos
científicos llevan años examinando el comportamiento colectivo de los humanos,
sus regularidades predecibles y sus caprichos enigmáticos, movidos por
paradojas lacerantes como esta: cada persona es un mundo, pero las manadas
de personas se vuelven altamente predecibles. Ahora, sin embargo, han
encontrado una estructura oculta en las poblaciones humanas que viajan en su
coche con GPS o llaman por su móvil revelando de forma obscena todo el detalle
de sus movimientos de aquí para allá.
Sus datos, que presentan en Nature
Communications, resuelven
una paradoja de los modelos de movilidad humana construidos hasta ahora al
mostrar, con su masa de datos y unas matemáticas más sutiles que las empleadas
anteriormente, que hay dos perfiles diferenciados de manera nítida en la
actitud viajera de los humanos: los regresadores (returners) y
los exploradores. Los primeros se mueven solo entre unos pocos lugares: su
casa, el trabajo, el parque y poco más. Los segundos se pierden por ahí, entre
Pisa y Florencia (ahí se ha hecho el estudio), entre Pinto y Valdemoro y desde
Santurce a Bilbao, sin que nadie sepa predecir su escapada de mañana por la
mañana.
Los
científicos muestran que los regresadores y los exploradores pueden
tener unos papeles muy diferentes en la propagación de las epidemias, y sus
datos indican que Dios los cría y ellos se juntan: los exploradores tienden a
establecer relaciones sociales con otros de su misma calaña dinámica; y lo
mismo para los más sedentarios regresadores. Relacionarse con alguien
que corre más que tú siempre ha sido fastidioso, aunque solo ahora se haya
demostrado matemáticamente.
Cada persona es un mundo, pero las 'manadas' de
personas se vuelven altamente predecibles
“Sorprendentemente”,
dice Pappalardo a EL PAÍS, "todos los individuos son altamente
sistemáticos y predecibles en su movilidad, y podemos predecir sus movimientos
futuros con una precisión chocante; esta es una de las razones de que las masas
sean también predecibles”. Respecto a las diferencias entre regresadores y
exploradores, añade: “Aunque sean menos predecibles que los regresadores, los
exploradores también se vuelven predecibles si los observas durante bastante
tiempo”.
Sobre la
falta de intimidad que nos aqueja, Pappalardo asegura: “Los datos que nos han
facilitado las compañías telefónicas y de GPS, los usuarios están anonimizados,
que significa que las empresas no nos han suministrado ninguna información
sobren quién son los usuarios; esto es una exigencia de las leyes europeas de
anonimato; ¡es extremadamente importante que los big data se utilicen
para el bien común y para la ciencia en abierto!”.
Hasta aquí
el artículo. Cierra la tableta antes de que te localicen.
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